Equipo básico familiar outdoor
Más cosas es más trabajo. Mientras más tienes, más acarreas. Y mientras más acarreas más ordenas. Debe ser una ley de la física, estoy segura. Pero el minimalismo absoluto puede ser un poco aburrido. ¿Cuál es ese mínimo indispensable para pasarlo bien?
Nos costó pero pronto aprendimos que no hay que caer tan fácil: el pisito de camping que está tan barato, el juego de cachos en la caja transportable súper tentadora, la lámpara tan acogedora… todo lo compramos al principio, cosas lindas que prometían buenos momentos al aire libre pero que al poco andar necesitaban pilas nuevas, un arreglo, o mucho espacio para poder trasladarlas. El exceso de objetos de veraneo es un típico error que cuesta caro y produce dolor de cabeza.
Con los años hemos llegado a una lista acotada de lo que nos es indispensable para pasar un verano outdoor y que somos capaces de cuidar y transportar. Esto vale para paseos cortos, picnic al cerro o vacaciones largas.
De hecho, tengo mi método propio, sólo llevo algo que responda “sí” a las siguientes preguntas:
· ¿Lo vamos a usar más de una vez?
· ¿Hará una diferencia en la calidad de vida de la familia (o mía, para ser honesta)?
· ¿Será parte de los recuerdos lo vivido gracias a este objeto?
· ¿Nos arrepentiremos de no haberlo llevado?
· ¿Cabe? (es la última porque es clave. Un piano de cola podría dar “sí” a todas las preguntas anteriores…)
La lista concreta depende de los gustos y necesidades de cada familia. Un buen consejo es completar una planilla para no pensar desde cero cada paseo y para ir editando cada año, corrigiendo en base a los gustos o errores anteriores. Facilita separar la lista por temas: cocina (implementos, menú, ingredientes), alojamiento, ropa, higiene y salud, entretención, llevar a mano y otros.
Acá una checklist para ir de camping. Sirven de base para personalizar sin olvidar lo mínimo (click aquí para abrirla).